Breve historia de Bulgaria
Bulgaria alcanzó la total independencia del Imperio Otomano en 1908, gracias al apoyo internacional y a la pericia del príncipe Ferdinand Saxe-Coburg-Gotha. En la primera guerra mundial (1914-1918), Bulgaria participó como aliado del eje Austro-alemán. Perdida la guerra, Bulgaria perdió territorios a favor de países vecinos; además fue desarmada y obligada a pagar una indemnización, lo que provocó un malestar general en el país que duró varios años. Al estallar la segunda guerra mundial (1939-1945), Bulgaria estaba de nuevo alineada en el bando austro-alemán. En 1944, cuando la guerra estaba prácticamente decantada a favor de los “alidados”, las tropas rusas, en su camino hacia la derrota alemana, ocuparon el país, tomaron la capital y el Frente Patriótico (liderado por Comunistas, liberales, agrarios de izquierda, demócratas e independientes) formaron gobierno. En septiembre de 1946, tras un referéndum consultivo, se aprobó la creación de la República de Bulgaria; un mes después, Dimitrov asumió el cargo de primer ministro del nuevo gobierno, un gobierno que desde entonces y hasta la caída del muro de Berlín, giraría bajo la órbita comunista de la URSS, adoptando su modelo socio-económico. En 1989, tras el hundimiento del sistema soviético, Bulgaria comenzó la transición hacia un régimen democrático (en 1991 se aprobó una nueva Constitución y en 1992 el país entró a formar parte del Consejo de Europa) y hacia una apertura económica (en 1993 comenzó el programa de privatizaciones y en 1997 el gobierno comenzó a aplicar las pautas recomendadas por el Fondo Monetario Internacional: liberalización de servicios, eliminación de subsidios agrícolas, privatización de la empresa estatal de telecomunicaciones, etc. al mismo tiempo que se tomaban medidas para luchar contra la corrupción y la criminalidad). En noviembre de 2002, Bulgaria fue invitada a ingresar en el club de países que forman la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). La efectiva incorporación búlgara tuvo lugar, junto con Estonia, Lituania, Letonia, Rumania, Eslovaquia y Eslovenia, el 29 de marzo de 2004. Se trataba de la expansión más grande de la historia de la OTAN. Las Relaciones con la Unión Europea
Bulgaria expresó la decisión de ser miembro de la Unión Europea en diciembre de 1995. Tras una serie de informes previos, y siguiendo las directrices del Consejo Europeo de Helsinki (diciembre de 1999), las negociaciones para la entrada de Bulgaria a la Unión Europea comenzaron en febrero de 2000. Cuatro años después, Bulgaria había cerrado todos los capítulos de negociación pendientes con la Unión para su adhesión, y el Consejo Europeo de Bruselas de diciembre de 2004, confirmó la incorporación de Bulgaria, prevista para enero de 2007. El 25 de abril de 2005, Bulgaria firmó su Tratado de Adhesión a la Unión Europea, confirmando que si continuaba con sus progresos en los criterios de incorporación, Bulgaria se convertiría en Estado Miembro en enero de 2007. Desde entonces, Bulgaria ha recibido el “estatus de observador” en grupos de trabajo de Consejos Europeos, en Comités de la Comisión, etc. donde puede expresar su punto de vista. Como candidato a la adhesión y país vecino, Bulgaria se ha beneficiado de varios programas de la Unión Europea. El programa Phare, le ha proporcionado ayuda financiera orientada a la preadhesión (Bulgaria ha disfrutado de esta ayuda desde 1992) el programa IPSA le ha proporcionado ayuda para infraestructuras de transporte y medio ambiente desde el año 2000 y el Banco Europeo de Desarrollo le ha asistido en cuestiones de apertura de mercados desde 1991. Tal y como indicó el presidente de la Comisión Europea Jose Manuel Durao Barroso el pasado 26 de septiembre de 2006, Bulgaria está preparada para su adhesión ala Unión Europea el 1 de enero de 2007. No obstante, todavía quedan algunas cuestiones pendientes que resolver y en las que Bulgaria no debe bajar la guardia: la reforma judicial, la corrupción, la lucha contra el crimen organizado, la sanidad alimentaría o la gestión de los fondos europeos. Además, existe una cláusula de salvaguardia de siete años antes de que sus ciudadanos disfruten de la libre circulación de personas (aunque los Estados Miembros que lo deseen, pueden abrir sus fronteras antes). Además de estos problemas internos, la adhesión de Bulgaria y Rumanía plantea la necesidad de reforma de las instituciones europeas. En este caso, los líderes de la Unión ya han acordado solucionar este problema a finales de 2008 a más tardar.